Mujer mayor sentada en una terraza con vista al mar, disfrutando de un libro bajo la luz del sol. Sonríe mientras lee, con un paisaje costero y montañoso al fondo.

¿Qué es una ciudad amigable con las personas mayores y por qué es importante? 

A medida que la población envejece, muchas ciudades se enfrentan al reto de adaptarse a las nuevas necesidades de las personas mayores. En este contexto, surge un concepto clave: ciudad amigable con las personas mayores. Pero ¿qué significa realmente este término y por qué es tan relevante? 

Una ciudad pensada para todas las edades 

Una ciudad amigable con las personas mayores es aquella que facilita el envejecimiento activo, seguro y participativo. Se trata de entornos urbanos diseñados para promover la autonomía, la salud y la integración social de quienes tienen más de 60 años. 

Este enfoque parte de una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha definido un marco con ocho áreas clave: espacios al aire libre y edificios; transporte; vivienda; participación social; respeto e inclusión social; participación cívica y empleo; comunicación e información; y servicios comunitarios de apoyo y de salud. 

El objetivo no es solo mejorar la calidad de vida de las personas mayores, sino construir comunidades más inclusivas para todos. Porque una ciudad que cuida a sus mayores también mejora la vida de niños, personas con discapacidad y cualquier persona en situación de vulnerabilidad. 

¿Por qué es importante avanzar hacia este modelo? 

España es uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo. Según el Imserso, más del 20% de la población tiene más de 65 años, y se espera que este porcentaje siga creciendo. Esta realidad exige una transformación profunda en la forma en que se planifican las ciudades. 

Algunas de las ventajas de una ciudad amigable con las personas mayores son: 

  • Mayor autonomía: calles accesibles, transporte adaptado y servicios cercanos permiten que las personas mayores mantengan su independencia por más tiempo. 
  • Prevención de la soledad: los espacios públicos diseñados para la socialización, junto con actividades comunitarias, fomentan la participación y evitan el aislamiento
  • Salud y bienestar: entornos seguros, sin barreras arquitectónicas, con bancos, sombra y buena iluminación reducen los riesgos de caídas y promueven la actividad física. 
  • Contribución activa: muchas personas mayores desean seguir aportando a la sociedad. Las ciudades amigables les brindan oportunidades de participación social, cultural o incluso laboral. 

El papel de los cuidados en casa 

Aunque el entorno urbano es clave, no debemos olvidar que el hogar sigue siendo el lugar preferido para envejecer. Por eso, en Home Server, trabajamos para que cada persona mayor pueda seguir viviendo en su domicilio con seguridad, compañía y los cuidados que necesita. 

Una ciudad verdaderamente amigable no solo ofrece accesibilidad en sus calles, sino también cuidados adaptados y personalizados en el hogar, gracias a servicios como los que ofrecemos con nuestras cuidadoras a domicilio. 

En conclusión 

Construir una ciudad amigable con las personas mayores no es un lujo, es una necesidad. Implica un compromiso conjunto de administraciones, profesionales y ciudadanos para garantizar que todas las personas puedan envejecer con dignidad, bienestar y participación. 

Porque cuidar de nuestros mayores es también cuidar del futuro de nuestras ciudades.